La inteligencia de organoide (OI) es un campo de investigación emergente que tiene como objetivo utilizar cerebros artificiales para controlar máquinas y realizar tareas. A diferencia de la IA tradicional, OI utiliza células cerebrales cultivadas como "wetware" para procesar información.
Las características principales incluyen:
- Uso de "células cerebrales" cultivadas a partir de células madre como unidades de procesamiento
- Requiere un entorno de cultivo especial para mantener la viabilidad celular
- Actualmente tiene una vida útil limitada, máximo de unos 12 meses
- Posee la plasticidad y adaptabilidad de las neuronas biológicas
- Consumo de energía extremadamente bajo, posiblemente solo una millonésima parte de los procesadores tradicionales
Aunque actualmente el rendimiento no es comparable al de la IA, se espera que OI resuelva el problema del cuello de botella energético de la IA. Algunos avances recientes incluyen:
- Cortical Labs cultivó 800,000 células cerebrales que aprendieron a jugar Pong en 5 minutos
- FinalSpark desarrolló un bioprocesador que utiliza un mecanismo de recompensa de dopamina
- El sistema híbrido Brainoware se acerca al nivel de IA en tareas como el reconocimiento de voz
La tecnología OI aún está en sus primeras etapas, pero tiene un enorme potencial. En el futuro, podría combinarse con otras tecnologías, como la piel robótica, abriendo nuevas posibilidades de aplicación.